Articulo del dossier de La Revista Aeronautica, publicacion abril/mayo 2020
Recuperación de Personal (PR, personnel recovery) en las misiones de operaciones aéreas especiales
Juan J. Arbolí
Teniente coronel del Ejército del Aire, JEZAPAC
Hemos visto como en España, no hace demasiado tiempo, se creó la Jefatura de Operaciones Aéreas Especiales (SOF air operations, SAO) y Recuperación de Personal (personnel recovery, PR) JSAO&PR. Por tanto, hemos sido capaces de unir estos dos conceptos, que en principio pueden parecer bien distintos, en esta jefatura. Pero ¿cómo están relacionados? ¿Tiene sentido esta agrupación de las dos materias bajo un mismo paraguas? El presente artículo intenta explicar los puntos de encuentro entre estas dos materias, razonando la lógica de que en nuestro Ejército del Aire queden bajo la misma jefatura. Igualmente pretende dar visibilidad a capacidades que nos son propias y que nos permitirían liderar con claridad estas responsabilidades en el ámbito conjunto. Para comenzar, y por establecer el marco doctrinal, aclaremos que la PDC 3.5 define operaciones especiales como «operaciones militares desarrolladas por fuerzas especialmente diseñadas, organizadas, adiestradas y equipadas para alcanzar objetivos decisivos o de gran valor en áreas hostiles o sensibles mediante la utilización de tácticas, técnicas, procedimientos y modos de empleo diferentes de los utilizados por otras fuerzas». Y que, en otro orden de cosas, el EA, en su concepto de empleo operativo de personal y medios aéreos en operaciones especiales define las operaciones aéreas especiales (SAO) como «aquellas operaciones aéreas específicas, planeadas y conducidas por el componente aéreo, exclusivamente con medios aéreos y empleando TTP no convencionales». El EA dispone de unidades que cuentan con plataformas aéreas, tripulaciones y fuerzas de extracción (EF) especialmente preparadas para recuperar personal aislado en zona de operaciones. Estas unidades son el Ala 48 y EZAPAC. También es fundamental la adicional aportación del Ala 35 como unidad SAO de ala fija. En este mismo sentido, sabemos que, desde octubre de 2014 y dependiente directamente del comandante del Mando de Operaciones (CMOPS), existe un Mando Conjunto de Operaciones Especiales (MCOE1) instalado en la base de Retamares en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Bajo este mando, se pueden poner nuestras unidades, junto con otras del Ejército de Tierra y la Armada, para todo lo relacionado con las operaciones especiales.
Con respecto a las operaciones especiales, el EA debe ser consciente de que cuando ofrece sus unidades a este MCOE está ofreciendo unas capacidades bien diferenciadas y que aportan un gran valor añadido. Esta declaración de intenciones resulta obvia en cuanto a las capacidades proporcionadas por los medios aéreos del EA, que constituyen la base de las operaciones aéreas especiales. Pero no es menos significativa la aportación de capacidades del elemento terrestre que también puede formar parte de las operaciones aéreas especiales: los denominados SOTU-ALI2 o equipos de operaciones especiales para la integración de aire-suelo, que en España representa el EZAPAC. Según la PDC-01, es el EA quien debe aportar la capacidad conjunta PR. Pero cuando hablamos de recuperación de personal aislado en ambiente hostil (PR), no nos estamos refiriendo tan solo a una capacidad. Tradicionalmente, cuando nos referimos a PR lo consideramos como un sistema. Como tal, debe integrar medios humanos y materiales con procedimientos. Solo así seremos capaces de liderar esta responsabilidad conjunta. Por ello, la JSAO&PR, como órgano de referencia del EA, debería postularse también como referencia en el ámbito conjunto, pues son plenos conocedores de estas capacidades propias que el EA puede ofrecer al mando conjunto. El nivel adquirido por las unidades del EA es ya a día de hoy digno de mención, fruto de una gran tradición de instrucción conjunta de tripulaciones y medios aéreos con este elemento terrestre. Pero ahora aún cobra más relevancia como fruto de la sinergia originada por la creación de la JSAO & PR.
EL CONCEPTO SOALI
En la OTAN, esta capacidad se denomina special operations air land integration (SOALI) y resulta de la combinación de capacidades aéreas y terrestres en operaciones especiales. Ya en 2010 el Joint Air Power Competence Centre (JAPCC) publicó su primer estudio sobre la integración aire-tierra (air-land integration3). Más adelante, en 2011, apareció el término special operations air land integration (SOALI) en el primer manual de guerra aérea especial (Special Airwarfare Manual) del NATO SOF HQ (NSHQ) actualizado en el NATO SOF Air Operations Manual September 20164. Allí se describe al personal especialista SOALI como aquel encargado de «sincronizar e integrar el poder aéreo con las fuerzas de operaciones especiales terrestres y marítimas para conseguir el objetivo del comandante». En este sentido, se hace necesario considerar la presencia de personal especialista en SOALI en los diversos niveles, desde el Mando Componente de Operaciones Especiales (SOCC) hasta el equipo o task unit (TU), pasando por las agrupaciones tácticas, bien sea terrestres (SOTG ) o aéreas (SOATG). Esto no puede perderse de vista. SOALI es una función o capacidad, y no solo se debe aportar a los equipos de operaciones especiales, sino a todos los niveles y mando y control y grupos de planeamiento. En España, este elemento terrestre de las operaciones aéreas especiales, al que nos referíamos en el punto anterior, se materializa en los equipos operativos del EZAPAC. Son miembros del EA que están específicamente seleccionados, entrenados, equipados y organizados5 para instrumentar y sincronizar el efecto del poder aéreo, a la vez que son capaces de llevar a cabo sus misiones en las mismas condiciones que operan los equipos de operaciones especiales terrestres y marítimos. Son ejemplos característicos de esas capacidades diferenciadas la localización, identificación y señalización de zonas de lanzamiento (D/Z) y zonas de toma (L/Z), el control de los medios aéreos asignados en dichas zonas y la realización de observaciones y sondeos meteorológicos. Todas ellas son tareas que, entre otras, proporcionan los equipos de control de combate, combat control team (CCT). También lo son la capacidad de realizar guiado terminal de armamento (TGO) e interdicción aérea asistida desde tierra (GAAI) con sus operadores láser (LO), e incluso el apoyo aéreo cercano (CAS), con sus JTAC de operaciones especiales. En último lugar, se destaca el empleo como fuerzas de extracción (EF) o como rescatadores de combate en el ámbito de la recuperación de personal aislado o PR sobre lo que se abundará en el siguiente apartado. No es menos importante su capacidad de inserción en medios aéreos, capacidad que se ha conseguido gracias a un empleo frecuente de los medios aéreos y a su habilidad para realizar inserciones paracaidistas a alta cota, entre otras.
PR DENTRO DEL CONCEPTO SOALI
Como se puede ver en el cuadro lateral, entre los cometidos principales dentro de los equipos SOALI se incluyen los de pararescue jumpers (PJ) y las misiones de PR en las que actuarán como fuerzas de extracción (extraction forces, EF). Vemos por tanto como, dentro de las publicaciones de referencia para operaciones especiales de la OTAN, aparece como idónea la aproximación española en la que existen equipos de operaciones especiales específicos para misiones de integración aire-tierra (equipos SOALI o SOTU-ALI). Es el EA, y en concreto el EZAPAC quien prepara a estos equipos y los pone a disposición para su empleo tanto al Mando Componente Aéreo como al Mando Conjunto de Operaciones Especiales. El EA es responsable de proporcionar el adiestramiento adecuado para estos equipos y de conocer sus capacidades para los procesos de generación de fuerzas para operaciones. En el EA son bien conocidas sus capacidades, pero es responsabilidad del comandante conjunto entender su especial idiosincrasia para no confundirlos con «un GOE más». Aquí es donde es fundamental la labor de asesoramiento de la Jefatura SAO & PR. Son ellos quienes conocen bien que los equipos del EZAPAC, cuando se configuran para operar en misiones de personnel recovery (PR) pueden incorporar muchísimas capacidades diferenciadas que proporcionan un gran valor añadido al comandante de la fuerza.
Los principales cometidos para las fuerzas de extracción (EF)6 son garantizar la protección en el sector que le sea asignado y la comunicación con los vehículos de recuperación o rescate (RV). En este orden de cosas, el EZAPAC garantiza esta protección con su variado armamento y su adiestramiento especial. También cabe destacar que estos equipos suelen incluir un JTAC entre sus hombres, o al menos alguien preparado en facilitar debidamente un CAS de emergencia (E-CAS), la interdicción aérea asistida desde tierra, ground assisted air interdiction (GAAI) o un simple guiado terminal de armamento (TGO), como pueden ser los operadores láser (LO). El eventual empleo de medios aéreos incrementa esa protección exponencialmente. En cuanto a las comunicaciones, el EZAPAC, aparte de los medios propios para comunicaciones intrapatrulla (terrestres) y con los medios aéreos, dispone también de diversos medios de comunicación vía satélite que pueden permitir la comunicación, no solo con los vehículos de rescate (RV) y el personal aislado (ISOP), sino también con la célula de coordinación de PR (PRCC). Esto, sin duda, aporta una capacidad de coordinación y control al comandante envidiable, y que está al alcance de muy pocas unidades. Sin embargo, no son solo estos dos cometidos relacionados con la protección y la comunicación los que tienen las EF. Son también responsables, por ejemplo, de los primeros cuidados médicos al personal aislado. En este orden de cosas, merece destacarse la especialización de su personal en cuidados tácticos de combate (TCCC), e incluso el hecho de contar con personal de apoyo (avanzado) a la atención sanitaria en operaciones, en nuestro caso titulados CASYOPEA7 entre sus miembros. Esto aporta una atención sanitaria incomparable en unidades de esta pequeña entidad. También disponen estos equipos de capacidad para extraer personal de medios (aéreos) abatidos. Para ello cuentan con material específico de excarcelación que les permite ser capaces de abrir huecos por donde sacar a personal atrapado en vehículos o aeronaves. Merece, además, reseñarse el dominio de los medios aéreos para inserciones, destacando el paracaidismo en todas sus modalidades y la posibilidad de instruir en SERE ya que todo este personal está adiestrado en esta materia de acuerdo a los más altos estándares8. Contando con unidades verdaderamente especializadas, es como el MCOE o el Mando Componente de Operaciones Especiales (SOCC)9 mejor puede ejecutar las misiones de PR, bien sea de manera autónoma, como mando apoyado o como mando que apoya. Estas capacidades las puede utilizar en su propio beneficio y es que, no resulta improbable pensar que personal de operaciones especiales pueda quedar aislado. Por ello, podrá utilizar sus técnicas especiales y su personal especialmente adiestrado, organizado y equipado. Completamente diferente es la aproximación cuando el SOCC utiliza procedimientos no convencionales. Esta faceta se denomina nonconventional assisted recovery (NAR), y la trataremos por separado en un apartado más adelante. Pero antes de eso, veamos cómo se puede utilizar a las unidades de operaciones especiales en misiones de operaciones especiales sin entrar en el campo de lo «no convencional».
PERSONAL DE OPERACIONES ESPECIALES EN APOYO DE PR
Hemos considerado en el punto anterior una actuación unilateral de las SOF por medio de sus equipos especialmente organizados, adiestrados y equipados a tal fin. Puede darse el caso de que el Mando Componente de Operaciones Especiales (SOCC o MCOE) sea el mando que apoya una determinada operación en la que otro mando es responsable. En este caso, las capacidades de los equipos de operaciones especiales (SOTU-ALI o SOALI) que pueden apoyar a otros componentes pueden ser muy valiosas. Por ejemplo, mediante una misión de reconocimiento especial (SR) se puede proporcionar observación permanente sobre el objetivo (EOT) para reconocimiento del entorno, evaluación de la amenaza o de los objetivos, información meteorológica, reconocimiento posmisión o análisis de daños (BDA). Esta capacidad convierte a estos equipos en útiles fuentes para que el comandante apoyado disponga de la perspectiva (SA) adecuada para acometer la recuperación. A día de hoy, el EZAPAC emplea micro-RPAS con sus sistemas WASPAE y Black Hornet II, y es capaz de mandar fotografía y video vía satélite en tiempo real. De esta manera se pueden dar herramientas a niveles superiores para que la toma de decisiones se produzca con la mejor información. Otra de las misiones principales de las SOF es la acción directa (DA), donde tienen cabida, entre otras, las operaciones de recuperación de personal. Por ejemplo, se pueden encargar de buscar al personal aislado, de contactar con él, de proporcionarle alimentos, agua, abrigo… e incluso llevarlo a refugios preestablecidos, o a una zona segura para su recuperación por parte de personal de otro mando componente. Pero también se pueden utilizar fuerzas de operaciones especiales en acciones directas para neutralizar la amenaza enemiga, bien sea de fuerzas de insurgentes que persigan o intenten capturar al ISOP o con guiado terminal de armamento sobre sus defensas aéreas que dificulten la recuperación con medios aéreos, convirtiéndose en un medio limitado y discreto, pero efectivo, de SEAD. Los equipos de operaciones especiales deben disponer de personal especializado en inteligencia y en SERE. Este conocimiento los convierte en una valiosa ayuda para los debriefing de INTEL y SERE que se deben producir en primera instancia, durante los primeros estadios del proceso de reintegración o vuelta a la normalidad, que se trata con más detalle en el artículo sobre los aspectos médicos de PR. Junto con las misiones de reconocimiento especial (SR) y acción directa (DA), las unidades de operaciones especiales tienen otro cometido principal. Son las misiones de asistencia militar (MA) para, mediante el empleo de asesores del poder aéreo, se ayude a construir las capacidades aéreas de una nación amiga a la que se apoya.
acción directa (DA), reconocimiento especial (SR), asistencia militar (MA)
Hoy en día se desarrollan bajo el concepto de asesorar, asistir, acompañar y capacitar (A3E)10. Esta misión se convierte, de hecho, en un multiplicador de fuerzas, al permitir contar con unas fuerzas locales mucho más dispuestas a colaborar y mejor entrenadas. Además, evita una elevada exposición de nuestras fuerzas, lo que podría traer como consecuencia mayores bajas. Pero, dentro del campo que nos ocupa en este artículo, el hecho de disponer de una sólida red de cooperantes en la zona de operaciones puede aportar unos recursos adicionales valiosísimos para una misión PR. Eso también entra, principalmente, dentro de la guerra no convencional y, como ya habíamos avanzado, se tratará en el punto siguiente.
RESOLVER PR CON MÉTODOS NO CONVENCIONALES
Hemos visto como esas capacidades únicas (especiales) de estas unidades de SOALI pueden ser utilizadas en beneficio de unas misiones de PR en ambiente convencional, bien sea como acción propia del SOCC como mando apoyado o bien apoyando a otros mandos componentes. Sin embargo, no acaba aquí el papel de las SOF en el campo de PR.
También se deben considerar los modos de empleo no convencionales, que también pueden ser utilizados para resolver situaciones de personal aislado, y que, necesariamente, serán muy similares a aquellas que se podrían utilizar en caso de personal capturado por el adversario. Para entender debidamente este concepto de «no convencional», no debemos pensar que engloba cualquier uso de las SOF. Por ejemplo, vamos a considerar la conveniencia de establecer con la debida antelación una red de personal local que pueda ayudar a la misión. Para hacernos una idea, sería algo por el estilo de la resistencia francesa en la Segunda Guerra Mundial. De ese modo, se podrá utilizar a ese personal para la búsqueda, para la identificación, el apoyo o incluso para la recuperación. Para esta tarea será conveniente involucrar otros agentes, no necesariamente relacionados con el Ministerio de Defensa. Por ejemplo, a organismos gubernamentales como el CNI, las FCSE u otros que puedan existir en área de operaciones, e incluso a organizaciones no gubernamentales (ONG). Este modo de actuación extiende significativamente las posibilidades de actuación y el área de operación, a la vez que disminuye el riesgo, y es exclusivo de las SOF. Y es una herramienta adicional bastante útil, sobre en todo en áreas donde el empleo de otros métodos sea desaconsejado por el elevado nivel de riesgo para las fuerzas propias. Este concepto, encuadrado en la indicada guerra no convencional, se denomina recuperación no asistida o non-assisted recovery (NAR11 por sus siglas en inglés). Para el comandante a cargo de una operación, disponer de estas capacidades de NAR le dará un plus dentro de sus capacidades para PR. Esta capacidad podrá ser utilizada en áreas donde no sea posible emplear medios convencionales para contactar, identificar, apoyar, mover y extraer al personal aislado a zonas seguras. Este método será especialmente válido cuando la amenaza impida una normal operación con medios terrestres o aéreos. Son cada vez más las naciones que cuentan con unidades de operaciones especiales encargadas de esta tarea. Para ello, han desarrollado sus propios modos de empleo. Como en todo cometido, se hace necesario la especialización a través de formación y adiestramiento de esta capacidad. Dos son los modos principales de acción: cuando son las propias SOF las que constituyen esas redes (lo que se denomina UAR), o son solo responsables de las gestión de las fuerzas locales (que es propiamente NAR). En cualquier caso, hará falta un tiempo considerable para crear estas redes y disponer de recursos para financiar a quienes estén dispuestos a apoyar a nuestras fuerzas. Y lógicamente, estas tareas ya están muy por encima de las posibilidades de una simple unidad. Hasta donde sabemos, las unidades de operaciones especiales de España no han desarrollado esta capacidad de NAR, puesto que no manejan redes de locales en probables teatros de operaciones, como hacen las fuerzas de operaciones especiales de otras naciones. Sin embargo, sí existe una unidad de operaciones especiales, el EZAPAC, con cometidos relacionados con PR, CSAR y la instrucción SERE. Si existiese voluntad política de implementar esta capacidad, el EA podría ofrecerse para, junto con organizaciones como CIFAS, CNI u otras, liderar su concepción, desarrollo e implementación en teatros que se consideraran de interés para el futuro a largo plazo, porque, lógicamente, no es una capacidad que se pueda desarrollar de la noche a la mañana. Todo ello permitiría a nuestras Fuerzas Armadas ofrecer un abanico más amplio de opciones y métodos para recuperar a nuestro personal si estas situaciones se llegaran a producir.
CONCLUSIONES
Cuando hablamos de fuerzas de operaciones especiales y de misiones de personnel recovery, no debemos pensar únicamente en las primeras como un «potencial cliente» para las segundas. Si bien es cierto que sus modos de operación particulares las hacen viables candidatos a poder quedar asiladas en zona adversaria, no lo es menos que pueden jugar un importante papel en la recuperación de personal aislado, bien sea de las mismas SOF o de cualquier otro personal de interés para el comandante de la fuerza. Su empleo podrá ser autónomo dentro del componente de operaciones especiales (SOCC), con un modo de empleo más o menos convencional para su propio personal. Para ello se podrá contar, o no, con el apoyo de otros mandos. También podrán utilizarse como parte del mando que apoya a otros componentes cuando así se determine. En cualquiera de los casos, por parte de las unidades, hará falta una formación y adiestramiento específicos para esta misión. Por otro lado, el comandante deberá saber cuáles son las capacidades de las que disponen estas unidades para considerarlas, entre su amplio abanico de opciones, como otra alternativa para recuperar al personal aislado. Es aquí donde la recientemente creada Jefatura de Operaciones Aéreas Especiales y Recuperación de Personal (SAO & PR) cobra especial relevancia. Ella será quien, con los criterios del Mando Aéreo de Combate, dirija la instrucción de las unidades que tiene el EA para esas misiones, y deberá facilitar que se siga manteniendo, e incluso se potencie aún más, la instrucción conjunta de las unidades aéreas como el Ala 48 y el Ala 35 por un lado, y el EZAPAC como unidad de operaciones especiales para la integración aire-suelo (SOALI) por el otro. Pero no solo eso, como unidad de referencia para PR en el ámbito conjunto, deberá asesorar al comandante sobre las capacidades que estas unidades tienen y que, sin duda, le proporcionan un importante valor añadido. El EA debe ser consciente de que tiene los medios (humanos y materiales), procedimientos y adiestramiento necesarios para liderar esta responsabilidad en el ámbito conjunto. Y que eso le hace liderar de modo natural esta responsabilidad conjunta, también en el campo de las operaciones especiales.